Luego de una larga convalescencia y estancia en Estados Unidos debido a una operación de cadera y su subsecuente secuela de rehabilitación, regresa hoy a La Habana la más famosa de las vedettes cubanas, Rosita Fornés, considerada desde la década de los años cuarenta como la Primera Vedette de América y sucesivamente, la Primera Vedette de Cuba, Primera Vedette de México y Primera Vedette de España, donde cultivó el género de revista y alta comedia musical con gran acierto crítico y aceptación del público español de finales de los años cincuenta. Rosita Fornés rodó quince películas en México y durante su larga estancia en la hermana nación azteca como máxima figura del teatro de variedades en ese país, fue la más cotizada y deseada de todas las mujeres de la época, llegando a afirmar un crítico: "Nadie sabe si Rosita Fornés lo hace bien o lo hace mal, porque cuando sale a escena, todos pierden la cabeza y ya no se sabe más que adorarla".
Indiscutiblemente la más completa de todas las vedettes del siglo XX latinoamericano, Rosita Fornés sigue reinando desde La Habana, aún a sus 87 años, como la máxima exponente de un arte esplendoroso en vías de extinción, amenazado por el mercantilismo, la vulgaridad rayana en pornografía y la falta de verdadero talento y aptitudes artísticas de la mayoría de las vedettes actuales.
Controvertida figura por haber decidido permanecer en Cuba después de la revolución socialista de 1959, Rosita Fornés es, sin embargo, adorada abierta y vehementemente en Miami, donde también cuenta con acérrimos detractores.
Mujer de profunda raigambre católica y una hermosísima manera de ser, Rosita Fornés es querida entre sus amigos y admiradores no sólo por la magia que durante años prodigó en los grandes escenarios de Cuba, Estados Unidos, Europa y América Latina, sino por la luminosidad irrebatible de su belleza interior y su conducta intachable frente a presiones oficiales para que abandonara su fe personal y la amistad de artistas, intelectuales y amigos no bien vistos o proscritos por la censura oficialista del régimen actual.
Quien haya conocido a Rosita Fornés de cerca, quien haya tenido el inefable privilegio de caer bajo el sortilegio de su irremplazable presencia, no puede menos que afirmar que ha sido testigo partícipe de uno de los más grandes momentos que pueda experimentar jamás un ser humano en toda su vida.
Dios te bendiga, Rosita y te dé muchos años más de salud y de energías para que sigas haciendo las delicias de tu público de una forma u otra, porque hagas lo que hagas, la ovación merecida está a flor de piel, en las palmas de tus admiradores, esperando por ti.
Lleva tu luz de hada talentosa a todos aquellos que desde hace más de ocho meses te esperan en La Habana con hambre y nostalgia de tu arte y de tu numen como ser humano excepcional. Pero regresa pronto a visitarnos, porque hoy con tu partida se queda un poco más oscura y vacía la Ciudad del Sol.
Rosita Fornes durante la presentacion de la 2da edision de su libro autobiografico en Miami. Julio 2010.
Autor del texto: Pedro F. Báez
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